Enfermedad típica del verano, la estreptococosis es considerada uno de los problemas de salud más importantes en la acuicultura mundial, con numerosas pérdidas por mortalidad, además de costos de tratamiento y dificultades de comercialización, ya que causa daños a los filetes. Al ser una bacteria multi hospedador, tiene una amplia distribución geográfica y afecta a varias especies, como la tilapia, generando gran alerta en esta cadena productiva.
Los tipos de estreptococosis que más afectan la producción de tilapia son las causadas por Streptococcus agalactiae serotipo 1b y S. Iniae , las cuales se encuentran ampliamente diseminadas. «La estreptococosis de tilapia se observa principalmente en zonas templadas y tropicales y, en general, ocurre en estaciones relativamente cálidas, especialmente en verano, lo que advierte de extremar los cuidados durante este período. Al fin y al cabo, la tasa de mortalidad puede alcanzar el 70% en menos de una semana», destaca André Blanch, agrónomo y gerente de mercado de Acuicultura de MSD Saúde Animal, Brasil.
Los signos clínicos más frecuentes en peces afectados por S. agalactiae incluyen letargo, anorexia, natación errática, exoftalmos, opacidad corneal y hemorragia del opérculo, pectoral y ventral. «Otras características son el ablandamiento del cerebro y la acumulación ocasional de líquido en la cavidad abdominal. Es una enfermedad que tiene un gran impacto en la salud y, en consecuencia, se traduce en una menor rentabilidad de la producción», añade André.
En cuanto a las vías de transmisión, las principales son el contacto directo entre peces enfermos y sanos y el contacto indirecto mediado por el agua en los sistemas de cultivo, ya que las bacterias se excretan en las heces, sobreviven en el agua y son infecciosas para otros peces sanos. «Es una enfermedad que causa graves daños y que debe ser controlada estrictamente, evitando pérdidas económicas, valorando la producción sana y el bienestar animal. Hoy en día, las medidas preventivas se centran principalmente en la observación de buenas prácticas acuícolas y en el uso de una vacunación adecuada», afirma el ingeniero agrónomo .
En los últimos años, las vacunas han recibido considerable atención para la prevención de la estreptococosis en la tilapia porque pueden inducir y desarrollar resistencia a la infección en el pez hospedero. «e wqd2gfActualmente, nuestro producto de excelencia es una vacuna bivalente para los serotipos Streptococcus agalactiae 1b y S. Iniae. Los productores tienen formas de protegerse y garantizar una producción saludable», destaca André.
Además, asociado al calendario de vacunación, es fundamental la adopción de sistemas de control efectivos, que pueden establecerse a través del conocimiento de la industria pesquera, la biología de los peces, las condiciones ecológicas y el manejo adecuado. Además, el profesional advierte que, si los estreptococos están presentes en todo el medio acuático (barro y agua), existen medidas que pueden prevenir el contagio, como comprar poblaciones libres de patógenos, poner en cuarentena las poblaciones de peces recién llegados, reducir la masificación, prevenir la sobrealimentación, mantener separados los suministros de agua para los sistemas de cultivo, minimizar la manipulación o el transporte innecesario, eliminar con frecuencia los peces moribundos o muertos, alimentar con alimentos libres de patógenos y mantener excelentes condiciones sanitarias. «Todas estas acciones reducirán los riesgos de brotes de enfermedades», destaca.
«La limpieza y desinfección periódica de todas las unidades y equipos de producción también requiere atención y debe llevarse a cabo para reducir la transmisión de patógenos. Otro punto es mantener una buena calidad del agua en los sistemas. Estas son acciones que permiten tener animales sanos y promueven una salud única, con protección para todos los eslabones de la cadena: animales, personas y medio ambiente», concluye André. Puede acceder al artículo original a través del siguiente enlace: