Una nueva investigación de la Universidad de Victoria (UVic) en Columbia Británica, Canadá, muestra cómo las olas de calor pueden tener un impacto importante en los ecosistemas marinos.
Entre 2014 y 2016, la costa del Pacífico norteamericano experimentó la ola de calor más larga jamás registrada. Las temperaturas aumentaron de dos a seis grados centígrados en algunas zonas. Investigadores revisaron 331 estudios e informes sobre la ola de calor y elaboraron un panorama completo de sus impactos ecológicos.
“La ola de calor marina provocó una perturbación ecológica sin precedentes a lo largo de miles de kilómetros de la costa oeste de Norteamérica”, afirma Samuel Starko, autor principal y ex investigador postdoctoral de UVic. “Nuestra síntesis exhaustiva de los impactos ecológicos de la ola de calor nos ayuda a comprender mejor sus efectos generales y cómo estos se integran en el contexto más amplio de otras olas de calor marinas”.
Los investigadores encontraron 240 especies diferentes que se encontraban fuera de su área de distribución geográfica habitual durante la ola de calor. Muchas se encontraban más al norte que nunca. Algunas especies, como el delfín ballena, se encontraban a más de 1.000 kilómetros al norte de su hábitat natural.
Durante la ola de calor, se produjo una disminución generalizada de algas marinas y pastos marinos. Especies como estrellas de mar y aves marinas murieron en cantidades sin precedentes. Se observaron muertes inusuales en varias especies de mamíferos marinos.
La ola de calor tuvo como resultado una cascada de efectos, como la enfermedad del desgaste de las estrellas de mar vinculada a la temperatura, una menor abundancia de peces forrajeros para los depredadores y la alteración de las comunidades de plancton.
Según los hallazgos del estudio, los costos económicos incluyeron pérdidas de cientos de millones de dólares debido al cierre de pesquerías. Las razones de estos cierres incluyeron cambios en las interacciones entre especies, la proliferación de enfermedades y la pérdida de hábitat.
“A medida que las olas de calor se vuelven más frecuentes e intensas debido al cambio climático, la ola de calor marina del Pacífico Noreste de 2014-2016 ofrece un ejemplo crucial de cómo el cambio climático está afectando la vida oceánica y cómo podrían ser nuestros océanos en el futuro”, afirma Julia Baum, ecóloga marina de UVic y asesora especial sobre clima. “Este estudio subraya la urgente necesidad de estrategias proactivas de conservación marina basadas en los ecosistemas y medidas de mitigación del cambio climático”.