A finales de julio llegó a Colombia la primera vacuna formulada para combatir Streptococcus agalactiae que contiene serotipos IA, IB y III. De manera inmediata, se iniciaron las jornadas de vacunación en Betania, departamento del Huila, para enfrentar el brote de estreptococosis que hoy aqueja a los piscicultores opitas. Cabe destacar que el serotipo responsable, el 1A, no había sido registrado en el país, no habiendo tampoco herramientas terapéuticas para su control.
Una alianza comercial entre Virbac y Laboratorios Aurofarma y la autorización gubernamental de importar un importante lote de vacunas, permitió la ejecución de la iniciativa. Para ello se está usando la vacuna TILAVAC S3, desarrollada por Virbac. El proceso brinda esperanza a los productores de tilapia, quienes vienen enfrentando serías mortandades que amenazan la productividad de esta pujante región.
Si bien la vacuna no es milagrosa, es una herramienta valiosa que puede contribuir a mantener un buen estado sanitario para el pez, cuando otros factores se conjugan para minimizar el estrés. Las fluctuaciones en el nivel del embalse y las altas temperaturas experimentadas en la zona han contribuido a la morbilidad y mortalidad de la epizootia. Aun así, hay buenas expectativas sobre el desempeño de esta vacuna, dado los buenos resultados que se han obtenido en otras regiones productoras de tilapia que la han empleado, como en Ghana.
Desde la SVA nos solidarizamos con el gremio tilapicultor colombiano y esperamos un feliz desenlace para el drama que hoy enfrenta.
Para más información pueden acceder al artículo escrito por Rob Fletcher en este vínculo: