Las abundantes precipitaciones caídas en el occidente venezolano tuvieron infortunado desenlace en el municipio Cardenal Quintero del estado Mérida el 24 de junio pasado. El caudal del río Chama se vió incrementado notablemente, desbordando su cauce. La incapacidad de los suelos de retener el incremento en los volúmenes de agua conllevó a deslizamientos de tierra que arrasaron varios sectores, afectando alumbrado, viviendas, edificaciones, parcelas, vialidad, puentes, dejando numerosos damnificados. Tristemente, las actividades económicas tuvieron pérdidas mayúsculas, particularmente aquellas vinculadas al sector agropecuario, como la truchicultura.
Dos unidades productivas resultaron especialmente dañadas. Las imágenes que se observan en los diversos medios noticiosos son desoladoras, mostrando buena parte de su infraestructura destruida, tapizada por el lodo. Al consultar a las autoridades sobre el impacto del evento climático, se supo que el Ejecutivo Nacional ha orientado a parte de su gabinete para su atención y evaluación. El Ministro del Poder Popular de Pesca y Acuicultura, Juan Carlos Loyo, ha mantenido un seguimiento y contacto permanente con los productores perjudicados, a través del equipo del MINPESCA y entes del estado Mérida y del Director Ejecutivo del Centro Nacional de Investigación de Pesca y Acuicultura, Eric Ricardo Martínez. Este último se encuentra construyendo un diagnóstico detallado de las afectaciones para la valoración de las pérdidas económicas y el diseño de un plan de atención y apoyo para los más afectados.
Las instalaciones truchícolas más perjudicadas por los sucesos climáticos fueron las de Santo Domingo y Apartaderos. La emblemática Truchicultura Santo Domingo, de la familia Piva, sufrió un tapiado de lodo en todos los tanques y parte de la infraestructura de los galpones; reportando una pérdida total de su inventario de truchas, que ascendía a 50.000 peces adultos y 40.000 juveniles. Por otra parte, el productor Hernán Rondón, de Apartaderos, sufrió una pérdida aproximada de 500 kg de truchas, así como la pérdida de alimento de trucha en inventario y afectación de la infraestructura de los tanques y del galpón de almacenamiento.

Las restantes unidades truchícolas activas solo vieron dificultadas sus operaciones, principalmente por la saturación de filtros desarenadores, por la cantidad de sólidos en suspensión, sin perjuicios significativos. A las pérdidas directas se unen las derivadas del aislamiento. Los fenómenos ambientales afectaron severamente las carreteras, dificultando el acceso de equipos de apoyo e incluso la movilización de la producción en cualquier sentido. Al día de hoy, ya se han abierto la mayoría de los accesos.
Para la preparación de esta nota fue también valiosa la información proporcionada por Ruth Vásquez, Sub Directora Ejecutiva del CENIPA, y Albany Berra, investigadora del CENIPA Mérida. Las imágenes y alguna información general fueron obtenidas de los siguientes enlaces:
https://www.instagram.com/reel/DLaZgPLJDjn/?igsh=aGsyMjcyNzE2eThs
https://fronteradigital.com.ve/entrada/60591
Desde la SVA celebramos la solidaridad demostrada con la población necesitada, materializada en la donación de agua, alimentos no perecederos, mantas, productos de aseo y medicinas, así como los apoyos logísticos y espirituales, todos necesarios en circunstancias como la vivida, dando prueba del talante venezolano. Igualmente abogamos por el restablecimiento de los servicios básicos, y por la formulación de planes que permitan la pronta recuperación de todas las afectaciones, especialmente el reinicio operativo de las simbólicas instalaciones truchícolas.