Editorial:
CULTIVOS EMERGENTES
Desde que inició la Acuicultura como actividad productiva en Venezuela, siempre ha predominado un rubro en particular sobre todos los demás. La trucha dominó en un principio, posteriormente fue la cachama, por un brevísimo lapso, para luego darle paso al camarón blanco, el cual se mantiene como líder hasta nuestros días. Si bien a mediados de los noventa del siglo pasado se notó cierta diversificación, la misma fue siempre a nivel experimental, sin ningún impacto en las estadísticas ni presencia duradera.
Tal diversificación es importante para procurar la solidez del sector acuícola. Ya hemos visto la fragilidad de un sector monoproductor cuando es golpeado por alguna amenaza externa, como lo fue el brote de virosis de Taura que experimentamos a finales de 2004, cuyos efectos aún padece el sector camaronero. Aunque tales amenazas no existieran, es importante que se fortalezcan otras alternativas productivas y que surjan nuevos rubros que aumenten la cartera acuícola venezolana, consolidando el aporte de la acuicultura desde un punto de vista social y económico.
En tal sentido, la visión de rubros emergentes en la esfera productiva nacional resulta esperanzadora. Más allá de valiosas experiencias de investigación que esporádicamente se realizan, es realmente muy positivo que podamos referir el surgimiento de iniciativas comerciales de rubros acuícolas no tradicionales.
El primer paso lo ha dado el rubro macroalgas. Aunque se produjo en el pasado, no ha sido sino hasta hace tres años que se concreta un impulso productivo verdaderamente sostenido. Ya hay tres empresas operativas dentro de este rubro, nuestras aliadas TIDE, REVOLUTION SEAWEED y BIORMA, las cuales están no solo cultivando, sino exportando algas marinas. Incluso dentro del rubro se nota una diversificación, cuando se hacen esfuerzos para la adición de valor agregado, generando diversos productos con un potencial enorme. En breve les estaremos contando más al respecto.
Otro avance importante lo protagoniza uno de nuestros noveles miembros, FUNDEMAR. Esta empresa se orienta a la consolidación del cultivo de dos rubros no tradicionales, los caballitos de mar y los pepinos de mar. Con relación a los caballitos de mar, ha habido numerosas experiencias de cultivo experimental, siendo esta la primera comercial a escala masiva. El cuento con los pepinos es otro. El libro está empezando a escribirse. El reto que tiene por delante nuestro aliado es enorme, pero apostamos a su voluntad y al talento de su equipo humano.
Pero son numerosos los rubros que pueden emerger dados nuestra rica biodiversidad como espacios aptos para hacer Acuicultura y capital humano. Mucha falta que nos hace.
Las autoridades acuícolas tienen un papel muy relevante en la consolidación de estas iniciativas no tradicionales. Hace falta trascender el discurso. Tomar medidas concretas de apoyo al sector. Agilización de trámites. Retiro de obstáculos. Que los emprendedores que se arriesgan por este difícil sendero no se frustren y desistan de sus buenas intenciones. De lo contrario, seguiremos siendo el país de las inmensas potencialidades que nunca se concretan.
Desde la SVA queremos transmitir un espaldarazo a todos esos emprendedores que han abrazado los cultivos emergentes. Estamos con Uds. Apostamos a su éxito.
Eduardo Castillo
Presidente de la SVA