Editorial:
ENFATIZANDO LA ESENCIA DE LA SOCIEDAD VENEZOLANA DE ACUICULTURA
En diciembre de este año celebraremos el 30° aniversario de la SVA. Es un largo trecho recorrido, con numerosos logros en la promoción de la acuicultura como actividad productiva sostenible. Aunque hubo un lapso de inactividad que divide claramente en dos sus etapas operativas, ha habido continuidad en principios, valores e incluso estrategias.
Un ejemplo de lo anterior es la revista El Acuicultor. Iniciada en formato físico, empezó a publicarse en marzo de 1996, con frecuencia semestral, alcanzando más de 20 ediciones. El último número de esta etapa vio luz a finales de 2005. Relanzada la SVA en octubre de 2020, una de las primeras iniciativas que se abordó fue volver a emitir una publicación periódica que ofreciera actualidad sobre los temas relevantes de la acuicultura. Y no hubo discusión. Unánimemente se retomó el nombre y arrancó en enero de 2021, con periodicidad trimestral, aunque el formato si debió tornarse a electrónico por las ventajas que implicaba. Como reconexión con esa etapa pasada de nuestra organización, revalorización de esos aportes y reconocimiento a esos grandes exponentes de la acuicultura que nos precedieron ofreciendo sus talentos, vamos a volver a publicar los números anteriores, en una sección propia de nuestra página web. La portada y contraportada de este número dan un vistazo a esa rica historia que no debemos olvidar, sino atesorar. Les invitamos a apropiarse de estos contenidos, que iremos publicando periódicamente, sin descuidar la periodicidad de la versión actual.
Pero la revista no es la única estrategia que impulsamos con grandes satisfacciones. En dicha etapa inicial se llevaron a cabo congresos, simposios, jornadas, encuentros, seminarios, etc. Fueron eventos que presentaron diferentes características, como duración, enfoque, periodicidad, alcance, entre otras. Pero todas estas actividades tuvieron en común la reunión de un colectivo afín a la acuicultura en un espacio determinado para hablar de temas específicos. La coincidencia física de sus participantes constituyó un gran logro, que impulsó decididamente el desarrollo de nuestra disciplina. El valor de tales encuentros es indudable, pues aún recordamos gratamente, lo que significaron eventos como los de Puerto La Cruz en 1999 o San Cristóbal en 2002, que merecieron el respaldo de la World Aquaculture Society (WAS).
No significa que no se hayan realizado en el país esfuerzos importantes en este sentido. Deben rescatarse los encuentros realizados por ASOPROCO en Maracaibo (2022), CIAPURE en Achaguas y San Fernando (2022 y 2023), REDIELUZ en Maracaibo (2023), o la UNEFM (2010, 2024). Todos muy meritorios y signifi cativos, demostrando la resiliencia del sector, pero también restringidos en alcance. Es muy complicado impulsar estos eventos, por nuestra realidad económica, pero es claro que constituyen una herramienta valiosa para el fortalecimiento y despegue de la actividad acuícola. Los resultados en conexión, promoción, divulgación, actualización, capacitación, que permite un evento de magnitud son incomparables. Por ello estamos decididos a continuar impulsando iniciativas como éstas y hoy estamos apoyando al PAISummit (Cumbre de la Proteína Animal Internacional), donde la acuicultura tendrá un espacio protagónico, al nivel de otros importantes sectores agropecuarios nacionales. Es un paso más en el objetivo último de relanzar grandes eventos acuícolas en nuestro país.
Los pasos que hoy damos desde la SVA, quizás cortos, quizás lentos, son, sin embargo, constantes e indudablemente orientados hacia el robustecimiento de la acuicultura nacional. Les pedimos a todos su acompañamiento para que estos pasos sean cada vez más largos y ágiles, y veamos cada vez más fortalecida nuestra industria acuícola.
El número que hoy depositamos en sus manos, como siempre, está pletórico de información valiosa. Esperamos sea de su agrado y que apoyen su difusión.
Eduardo Castillo
Presidente de la SVA