Camarón blanco del Pacífico infectado con Vibrio parahaemolyticus. Los camarones estaban débiles y letárgicos antes de morir en los acuarios de cultivo. Fotos: Ishini A. Appuhami.
El camarón blanco del Pacífico mantiene su estatus como un producto de alta calidad para los amantes de los mariscos, siendo la especie de mayor producción acuícola. El aumento de la producción, junto con algunas capturas en su hábitat natural, busca satisfacer la creciente demanda, que se proyecta aumentará un 6,7 % anual hasta 2029. A pesar del aumento de la producción, la industria aún enfrenta un importante desafío que limita su crecimiento y amenaza la disponibilidad del producto para quienes lo disfrutan como alimento: las enfermedades.
Las infecciones son grandes desafíos
Los camarones comparten su medio de cultivo con una gran cantidad de microorganismos que prosperan en condiciones ambientales similares. No todos estos microorganismos son beneficiosos, y muchos esperan la oportunidad de invadir camarones débiles y prosperar. Los camarones, entre otros crustáceos, carecen de un sistema inmunitario adaptativo y esto significa que los organismos no tienen forma de recuperar la inmunidad de infecciones previas que podrían haber combatido. Esta condición hace que la vacunación sea una solución inviable para esta industria. Además, por lo general, la principal enfermedad que afecta la producción de camarones es de origen viral. Desafortunadamente, aún no se han desarrollado medicamentos antivirales para la acuicultura, especialmente para un grupo tan peculiar como los crustáceos. Por lo tanto, la solución lógica sería fortalecer la inmunidad ya existente de los organismos.
Los principales culpables de las enfermedades del camarón
Similar a cualquier otra especie, la enfermedad del camarón puede ser causada por una variedad de microorganismos. Sin embargo, cuando hablamos de enfermedades y brotes del camarón, pensamos en dos causas viciosas de mortalidad. Una de ellas, Vibrio, siendo V. parahaemolyticus la principal especie asociada con la mortalidad del camarón y el agente causal de la enfermedad de la necrosis hepatopancreática aguda, también conocida como síndrome de mortalidad temprana.
El otro agente causal de enfermedades en el camarón es el Whispovirus, dando origen a la enfermedad de la mancha blanca. Este virus puede afectar a otros crustáceos, como los cangrejos de río, y su signo característico son las manchas blancas que aparecen en sus caparazones. La infección se inicia con los inevitables factores de estrés que los camarones pueden encontrar durante las actividades acuícolas habituales, como las fluctuaciones en la calidad del agua o el hacinamiento cuando los animales se crían a alta densidad. El virus del síndrome de la mancha blanca es muy fácilmente transmisible y puede arrasar con grandes poblaciones de camarones en tan solo tres días. Desafortunadamente, no se conocen métodos que puedan ayudar a tratar la enfermedad, y sigue siendo, junto con el síndrome de mortalidad temprana, un gran desafío que frena la producción.
Las bacterias amigables son una solución
Observaciones de laboratorio han mostrado una reducción en la mortalidad de camarones al criarse en un sistema de biofloc. Este sistema ayuda a mejorar la calidad del agua, reciclar nutrientes y fomentar una comunidad microbiana beneficiosa que impulsa el crecimiento y la inmunidad de los camarones. La idea detrás de un sistema de biofloc es que las bacterias heterotróficas beneficiosas prosperan con nitrógeno y carbono dentro del sistema. Estos «flóculos» tienen el potencial de reciclar amoníaco y nitrito en nitrato, la forma menos tóxica del nitrógeno en el agua, lo que mejora la calidad del agua. Además, los «flóculos» son una buena fuente de proteínas y lípidos que sirven como alimento para los animales criados en el sistema. Sin embargo, la combinación de un sistema de biofloc con la adición de probióticos ha ganado mucha atención, especialmente en términos de mejorar la resistencia a las enfermedades del camarón.
El uso de probióticos en acuicultura ha recibido mucha atención debido a la capacidad de las bacterias para mejorar los parámetros de calidad del agua, además de mejorar el crecimiento del camarón y brindar cierta protección contra agentes patógenos. El uso de probióticos en el alimento para camarones, junto con la crianza de los animales en un sistema de biofloc, parece ser la mejor opción. Las bacterias beneficiosas del alimento modulan las del entorno. Dicha modulación se refleja en un aumento de la inmunidad del camarón, brindándole un impulso para resistir una variedad de microorganismos patógenos. En el caso de la infección con el virus de la mancha blanca, se produce una gran disminución en el número de hemocitos en la sangre del camarón; los hemocitos son un tipo de células inmunitarias que desempeñan un papel fundamental en la inmunidad del camarón. Un estudio demostró que la administración de probióticos en forma de Bacillus spp. ayudó, en tres días, a mejorar el número de hemocitos 15 veces en comparación con la ausencia de probióticos en camarones infectados con el virus de la mancha blanca. Este resultado se explica por la capacidad del probiótico para mejorar el equilibrio de los microbios intestinales, que a su vez desempeñan un papel crucial en la inmunidad del camarón. Esto se suma a la capacidad de los probióticos para estimular la producción de hemocitos entre otras células inmunes, fortaleciendo aún más el sistema inmunológico. Además, el uso de probióticos puede regular positivamente la expresión de genes inmunomoduladores, reforzando el sistema inmunológico para combatir la infección. Se observaron respuestas similares en camarones a los que se les ofrecieron probióticos y se sometieron a Vibrio spp. Si bien el mecanismo por el cual los camarones pueden combatir las infecciones por el virus del síndrome de la mancha blanca y Vibrio spp. puede ser similar, podría haber otros modos de acción contra las bacterias dañinas. La ingestión de probióticos permite una exclusión competitiva de bacterias dañinas de los intestinos del camarón. Eso, en concurrencia con la presencia de probióticos en el medio de cultivo, permite también la exclusión competitiva en el agua.
Alimento para el pensamiento
Los probióticos rociados en el alimento para camarones o añadidos al agua pueden reforzar el sistema inmunitario de los animales, preparándolos para combatir enfermedades transmitidas por el medio de cultivo. Estas adiciones, junto con la posible crianza en un sistema de biofloc, ayudan a conferir una capa de protección contra patógenos. No piense en los probióticos como un complemento costoso al alimento. Una pequeña adición puede ahorrarle miles de dólares e incluso mejorar su índice de conversión alimenticia. ¡Considere siempre el uso de probióticos, ya que las bacterias beneficiosas acudirán al rescate!