LA ACUICULTURA CONTINENTAL
Desde la Sociedad Venezolana de Acuicultura hacemos votos por el desarrollo y crecimiento de todas las disciplinas acuícolas, sin excepción. Creemos que en ellas está implícita la necesaria diversificación de la economía nacional, la generación de empleos y divisas tan vital en estos momentos críticos. Y a ellas nos debemos y entregamos.
No obstante, sí debemos reconocer una pasión especial, ésta debe situarse en la piscicultura continental. Es allí donde está la posibilidad real de suplir, en un tiempo relativamente corto, los ingentes requerimientos nutricionales de nuestra población.
Los productos acuícolas tienen múltiples implicaciones positivas en la salud humana, destacando sus elevados valores proteicos y sus altos niveles de ácidos grasos poliinsaturados. Por ello, hay un fuerte impulso institucional multilateral al consumo de pescado. En ese orden de ideas, el período 2016-2025 fue definido como el Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición, y en sus preceptos se lee “sensibilizar al público acerca de la función del pescado y garantizar su incorporación general en las políticas de seguridad alimentaria y nutrición. El consumo per cápita de pescado se ha duplicado en el último medio siglo, de acuerdo a estimaciones de la FAO. Aunque no todos los países están a la par en ese acceso a productos acuícolas, como es el caso de Venezuela.
Alcanzar la Seguridad Alimentaria implica poner comida en sus platos, proteína de calidad, y la acuicultura continental es una de las mejores estrategias para ello. Tenemos un gran reto, pues estamos muy por debajo de los estándares deseables. Pero toda crisis es una oportunidad, generemos la nuestra. Países cercanos, como es el caso de Brasil, derivan de la acuicultura continental una proporción importante del sustento alimenticio de la población.
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